martes, 14 de abril de 2009

UN TEBEO ENTERRADO EN LA ARENA

Ha llegado hoy de su Tortosa (bimilenaria) natal mi colega Félix Sabaté, más contento que unas pascuas con un alijo de tebeos que generosamente ha donado a causas tan nobles como la mia propia...
Al empezar a ojearlos aparece entre ellos el para mí querejetiano nº14 de "El Jabato".
Creo que en alguna ocasión ya he contado esta historia, pero no me importa, la repetiré con sumo agrado.
Este tebeo me persigue.
Su fecha de publicación es el 19 de enero de 1959.
Y mi historia es de julio de 1965.
Estábamos de vacaciones en Blanes, en el camping "Vora Mar".
Una de las alegrías de las vacaciones eran las generosas compras de tebeos que lograba que hiciera mi padre. Por eso las papelerías de Blanes e incluso sus calles son míticas en mi recuerdo.
Ese verano me enganché con los "Albumes Gigante" tanto de El Capitán Trueno como de El Jabato. Para quien no lo recuerde era la reedición de las aventuras de los cuadernos, remontadas a gran formato y apañadas para que más o menos terminara la historia en cada número. Obviamente el remontaje conllevaba eliminación de viñetas, retoques y censuras patéticas producto de la nueva legislación para las publicaciones infantiles y juveniles del amigo de los niños Manuel Fraga...
Como eramos tres hermanos, mis padres dividian siempre que podían nuestras fuerzas, por ejemplo separándome de mis dos hermanos y obligándome a ir a pescar de noche, con mi padre.
Actividad que me aburría soberanamente.
Hacía unos dias que habíamos ido a visitar las ruinas de Empuries y ante la perspectiva de contemplar la las musarañas toda la noche me dediqué a excavar en la arena buscando vestigios de alguna de las civilizaciones que nos visitaron en el pasado.
En concreto pensaba que iba a encontrar monedas romanas...
Y no fué así.
Lo que apareció enterrado en la arena era el número 14 de El Jabato. En un estado que parecía que fuera romano también...
(Llegados a este punto puede cantarse "Y una lágrima cayó en la arena...")
En las labores de restauración se aplicó noblemente mi madre planchando hoja a hoja el cuaderno para complacerme.
Lo que fué vital en mi formación tebeística fue la coincidencia de este tebeo con el Album Gigante de El Jabato que también había comprado en Blanes.
No podía creerme el atropello que se cometía con respecto al tebeo original.
Seguramente allí se gestó mi incondicional amor a Bruguera...
(por cierto el "14" es el número de Cruyff...)

3 comentarios:

corsariosinrostro dijo...

¡Qué envidia de vivencias!Yo conocí las reediciones de Valenciana en los años 70/80 y poco más tarde dejé durante muchos años los tebeos. Ha sido hace pocos años cuando descubrí las barbaridades que cometían todas las editoriales en aquella época.

Salvador Macip dijo...

Unos diez años después de esta historia, mis padres me compraban los comics de El Jabato en las mismas papelerías. Nunca encontré uno enterrado en la playa...

Anónimo dijo...

Lo explicó usted bien en un curso de El Escorial.

Si acaso, con más emoción; aún.

O así lo recuerdo.

JC
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